¿De verdad crees que la IA te va a hacer rico y famoso en media hora?

Lo ves todos los días. En Facebook, en Instagram, en YouTube… siempre el mismo estribillo disfrazado de promesa irresistible:

«Haz un libro en media hora con inteligencia artificial. No necesitas experiencia. No tienes ni que pensar. Luego lo vendes y ganas miles de dólares».

¡Uffffff!

A veces lo acompañan de imágenes perfectas: una portada brillante, un gráfico con flechas que suben, una persona sonriente con un portátil y una taza de café. La receta perfecta para convencerte de que la riqueza y la fama de autor están a un clic de distancia.

Y aquí es donde voy a ser directo: te están mintiendo.

La inteligencia artificial es real. Es potente. Está cambiando la forma de escribir, de crear, de publicar. Yo mismo la uso y he publicado más de un libro sobre su uso para aumentar la productividad de los escritores y creadores de contenido, sería un necio si dijera que no puede ayudarte. Puede organizar tus ideas, sugerir títulos, desarrollar personajes, mejorar frases, encontrar errores… y hacerlo en segundos. Puede, incluso, redactar un libro entero por ti.

Pero… ¡pero!

Pero —y este “pero” es del tamaño de una montaña— lo que no te dicen esos anuncios es que un libro escrito así, sin tu esencia, sin tu voz, sin tu mirada única, no le va a importar a nadie.  A nadie.

Porque un libro no es solo un conjunto de párrafos alineados, no es “contenido” producido a partir de un «prompt». Un libro es una conversación íntima entre tú y el lector. Y si tú no estás ahí… no hay conversación.

Puedes pedirle a la IA que te escriba 50 páginas en 20 minutos. Lo hará. Pero ¿qué pasará después? Lo subirás a Amazon, a Google Play, a donde quieras… y se perderá en el océano de millones de títulos que nadie compra, que nadie recomienda, que nadie recuerda.

Y no es porque la IA sea mala. No lo es. Es una gran escritora realmente. El problema está en el uso que le das. Si la tratas como una fábrica barata de palabras, eso es lo que obtendrás: palabras baratas.

La ironía es que la inteligencia artificial puede ser tu mayor aliada si entiendes su verdadero propósito: potenciar lo que tú ya tienes. Si tienes una historia, una idea, un conocimiento único… la IA puede ayudarte a darle forma, a pulirla, a estructurarla, a hacerla más clara y atractiva. Puede abrirte puertas que ni siquiera sabías que existían.

Pero la chispa, el corazón, la visión… eso es tuyo. Eso no se delega. Eso no se crea con un comando en un chat por más inteligente qe sea. Eso nace de tu experiencia, de tus aciertos y tus fracasos, de las cosas que te emocionan y las que te duelen.

Los anuncios de “libro en media hora” son una trampa porque te venden la ilusión de que la escritura no requiere implicación personal. Y sí, puedes probarlo, puedes publicar un libro hecho al 100% por IA. Pero si lo haces pensando que eso te transformará en un autor reconocido, estás apostando a una lotería con premio vacío.

El lector no busca páginas: busca conexión. Busca autenticidad. Busca algo que, al cerrar el libro, sienta que no podría haber sido escrito por nadie más que tú y comprará tu siguiente libro, siempre y cuando seas tú quien lo escribe.

Así que no te estoy diciendo que no uses la IA. Al contrario: no puedes dejar de usarla. Ya es parte del proceso: exprímela, hazla trabajar para ti, pero no le entregues el volante de tu obra. No la conviertas en la dueña de tu voz.

Javier Carbaial

P. D. Al final de cuentas, un libro que importa es aquel en el que, detrás de cada frase, tiene un autor con algo real que decir. Y ese autor… eres tú.

P. D. Abajo te dejo mi método para utilizar la IA como el mejor asistente para tu libro. Terminarlo y publicarlo de una vez. ¡Con tus ideas!