Escribir un libro con Microsoft Word es algo que, aunque sencillo, puede volverse complicado si no se tiene un sistema bien definido. Word, aunque no fue diseñado específicamente para autores, sigue siendo una opción viable para muchos escritores, principalmente porque ya está instalado en la mayoría de los ordenadores y cuenta con herramientas básicas que facilitan la escritura y edición.
Ventajas de usar Microsoft Word
Una de las principales ventajas de Word es que ya viene instalado en muchos equipos y tiene funciones útiles como la autocorrección ortográfica y gramatical, el autoguardado y la posibilidad de hacer seguimiento de cambios, lo que facilita el trabajo cuando colaboras con editores. Además, es bastante versátil y te permite personalizar la experiencia de escritura según tus preferencias, algo que no siempre es posible en otras plataformas más específicas para libros.
Sin embargo, Word no es perfecto. Para textos largos como novelas, puede volverse pesado y complicado de manejar. En realidad no fue una herramienta concebida para la creación de libros electrónicos o de impresión profesional, pero te aseguro que cientos de libros que ves publicados en Amazon, han sido preparados con Word.
Comenzar a escribir en Word: Configuración básica
Para empezar, lo más recomendable es configurar algunas opciones básicas. La fuente estándar para la mayoría de los manuscritos es Times New Roman, en tamaño 12, y con interlineado de 1.5 o doble espacio. Esto no solo facilita la lectura, sino que también es un formato aceptado por la mayoría de los editores y agentes literarios. Si estás autoeditando, puedes ser un poco más flexible, aunque es probable que necesites cambiar este formato más adelante durante la etapa de maquetación.
Capítulos y Navegación: Un consejo útil para manejar documentos largos es usar los estilos de encabezado que Word ofrece. Por ejemplo, puedes usar el estilo «Encabezado 1» para los títulos de capítulo. Esto no solo mejora la organización, sino que también te permitirá activar el «Panel de Navegación», donde podrás saltar rápidamente entre capítulos, algo vital cuando trabajas en textos extensos.
Herramientas clave para escritores
Una función muy útil es la de Buscar y Reemplazar, que te ayuda a corregir errores comunes o a cambiar detalles de tu historia sin tener que revisar el documento manualmente. También te resultará práctico el contador de palabras, que Word muestra automáticamente en la parte inferior de la pantalla, ideal para mantenerte en línea con tus objetivos diarios o mensuales de escritura.
El proceso de edición
Después de terminar tu primer borrador, entra la fase de edición. Word cuenta con herramientas como el corrector ortográfico. No obstante, no tienes por qué depender únicamente de Word para la edición. Utilizar herramientas externas como Grammarly o ProWritingAid o CiberautoresGPT puede ser una excelente manera de detectar errores gramaticales más sutiles o mejorar la fluidez de tu escritura.
Si decides autoeditar tu libro, Word también te permite crear un índice de contenido automático. Esto es especialmente útil si trabajas en no ficción o si tu novela tiene varias partes bien definidas. Word te facilita crear un índice basado en los encabezados que hayas utilizado en tu documento.
Preparar el libro para su publicación
Cuando tengas listo el texto, es momento de pensar en el maquetado. Si estás pensando en imprimir tu libro, necesitarás ajustar el tamaño de página y los márgenes. En Estados Unidos, los tamaños más comunes son 5″x8″ o 6″x9″, pero esto puede variar según el lugar donde planees publicar.
Además, es crucial que uses saltos de página para separar capítulos, en lugar de usar múltiples saltos de línea, ya que esto te ahorrará problemas cuando conviertas tu archivo para formato eBook o imprenta.
En cuanto a la numeración de páginas, es recomendable que comience en la primera página del capítulo uno, omitiendo las primeras páginas que suelen contener el índice, los créditos y los agradecimientos.
Microsoft Word es una buena herramienta si ya la tienes disponible y quieres empezar sin gastar en software adicional. Eso sí, para lograr un formato profesional, necesitarás tener paciencia y ajustar varias configuraciones manualmente o recurrir a otros programas para la maquetación final. Con las herramientas correctas y siguiendo un sistema organizado, Word puede ser tu aliado para convertir tus ideas en un manuscrito listo para publicar.
Aprovecha estos tips y anímate a dar el paso.