Funnel (embudo de ventas) para autores: guía paso a paso para vender más con email marketing

embudo de ventas para escritores

Funnel (embudo de ventas) para autores: guía paso a paso para vender más con email marketing

Escribir está bien, publicar mejor. Pero si después de todo eso, las ventas son una ruleta rusa… toca ponerse serio. Y lo que funciona de verdad no es cruzar los dedos. Es tener un sistema. Un embudo. Un funnel.

¿Funnel? ¿Eso no era solo para gurús y marketers que viven hablando de clics? No del todo. Un funnel es simplemente el camino que alguien recorre desde que te conoce hasta que te compra. Y si eres autor y no tienes uno, estás dejando escapar lectores y billetes.

Aquí va una guía clara, sin humo, para montar un funnel de autor y vender con email marketing. Paso a paso. Sin volverse loco.

1. Crea un regalo irresistible

Lo primero, antes de cualquier intento de venta, es atraer. Y no basta con esperar a que alguien se acerque porque sí. Para atraer necesitas un anzuelo. Algo que sirva de excusa, de puerta de entrada, de gesto que diga “esto te puede interesar”. Puede ser el primer capítulo de tu libro, una guía breve que resuelva una duda frecuente, un mini ebook bien trabajado o incluso un audio en el que compartas algo útil. No importa el formato, importa el valor. Porque si lo que entregas no vale nada, la impresión que causas es justo esa: que no tienes nada que valga la pena. Y entonces no hay confianza, y sin confianza no hay venta. Así que sí, entrega algo gratis, pero que sea bueno de verdad. Algo que te dé un poco de orgullo haber hecho. Porque ese primer contacto puede ser el comienzo de una relación muy rentable… o el último que tengas con esa persona.

2. Usa una herramienta de email marketing

Hay mil opciones: Mailerlite, ConvertKit, Mailchimp… y alguna más que seguro que inventaron ayer. Algunas te dejan empezar gratis, otras te piden la tarjeta antes de darte los buenos días. Pero da igual. Elige una. La que más te guste o la que menos pereza te dé. El caso es empezar. Crea tu cuenta, ponle ganas al asunto y configura una lista. Una lista de verdad, de esas que luego se convierten en tu mina de oro si la sabes cuidar. Esa será la puerta de entrada para los que se suscriban gracias a tu regalo. Porque si vas a dar algo, y lo haces bien, más te vale estar preparado para recoger lo que venga. Yo, por si te interesa, uso MailerLite y ConvertKit. Las dos me han dado alegrías. Pero lo importante no es cuál uses tú, sino que empieces de una vez y no te quedes mirando catálogos de plataformas como quien mira catálogos de sofás sin intención de sentarse nunca.

3. Monta una landing page sencilla

No te líes con eso de tener una web de 200 pestañas, con vídeo en autoplay y fuegos artificiales. No hace falta. Lo que necesitas, de verdad, es una sola página. Una. Con un buen titular, de esos que hacen que el que entra se quede. Un formulario donde te dejen el correo. Y un botón. Nada más. “Descarga gratis el capítulo 1 de mi novela” o “Cómo escribir tu primer libro en 5 pasos”. Frases así, que no den lugar a dudas. Que se entiendan sin tener que leerlas dos veces. Porque si la gente tiene que pensar mucho, se va. Esto va de ser claro, directo y sin rodeos. No estás escribiendo una novela rusa, estás tratando de que alguien te diga “sí, quiero saber más”. Y eso se consigue con una página sencilla, bien pensada, y un mensaje que no se ande con vueltas.

4. Crea una secuencia de correos

Aquí empieza el juego de verdad. Y es justo eso, un juego. No se trata de aparecer por el buzón de tu suscriptor como el tío raro del pueblo que solo saluda en Navidad, ni tampoco de bombardearles con tres emails al día como si estuvieras desesperado por atención. Se trata de construir una relación. Una relación sólida. De esas que no dependen del estado de ánimo ni del horóscopo del día. Y la buena noticia es que puedes hacerlo sin volverte loco, de forma automática. Sin tener que estar cada mañana delante del ordenador preguntándote qué escribir.

Por ejemplo: puedes preparar una serie de emails que se envíen solos cada vez que alguien se suscriba. Uno al día, durante una semana. O durante diez días. O los que tú quieras. Pero que tengan un hilo, una coherencia, una intención. Que cuenten algo que merezca la pena leer. Que enseñen quién eres, qué haces y por qué deberían prestarte atención. Y sobre todo, que conecten. Porque si conectas, luego vender es mucho más fácil. Y si no conectas… bueno, puedes seguir probando con sorteos y rebajas hasta que te hartes.

Día 1: Entregas el regalo + bienvenida

Día 2: Les cuentas tu historia como autor

Día 3: Hablas del libro (pero no vendes aún)

Día 5: Muestras testimonios o beneficios

Día 6: Lanzas la venta con enlace directo

Día 7: Último recordatorio

No es spam. Es conexión. Es dar antes de pedir.

5. Automatiza todo

Esto es lo bonito. Y lo útil. Estas herramientas están diseñadas para que todo ocurra mientras tú estás haciendo cualquier otra cosa menos estar pendiente. Te vas a dormir, alguien aterriza en tu página, se suscribe, recibe tus correos uno detrás de otro, bien organizados, como si los escribieras tú en directo… y lo mejor, acaba comprando. Mientras tú sueñas con la trama de tu próxima novela o con irte a una casa rural sin cobertura. No es magia. No es ciencia ficción. Es tecnología bien usada. Y aunque suene a “ponte cómodo que el dinero llega solo”, hay una condición: tienes que currártelo antes. Un poco. Lo justo. El sistema no se monta solo. Hay que dedicarle unas horas, pensar los textos, estructurar los mensajes, dejarlo fino. Pero una vez lo tienes… ahí sí, a volar.

6. Promociona el funnel

Comparte tu enlace como si te fuera la vida en ello. Porque en parte, te va. No sirve de nada que tengas una página preciosa, un regalo irresistible y una secuencia de emails que ni Spielberg… si nadie lo ve. Así que muévelo. Ponlo en tus redes aunque tengas cuatro seguidores y medio. Añádelo a tu firma de email, que cada correo que mandes sea una oportunidad. Menciónalo cuando hables con alguien de tu proyecto. Si te hacen una entrevista, que ese enlace esté en la descripción, en tu boca y hasta en la frente si hace falta. No te sientes a esperar como si esto fuera un milagro religioso. Esto no es Lourdes. Esto es tu negocio, tu libro, tu trabajo. Y si tú no lo impulsas, no esperes que lo haga el vecino.

7. Repite el proceso con cada nuevo libro

Cada historia que escribes, cada proyecto nuevo que lanzas, es la excusa perfecta para montar un funnel nuevo. Uno que arranque desde el principio, que agarre a quien se cruce con él y lo lleve, sin que se dé cuenta, del “esto pinta bien” al “dónde pago”. Pero si no te da la vida para ir abriendo uno por cada idea, puedes tener un funnel general. Uno base, uno que funcione siempre. Y luego, desde ahí, hacer ramificaciones según los temas, los intereses, los perfiles. Un cruce de caminos bien hecho. Porque no hay límite. Solo hay dos cosas que hacen que esto funcione: las ganas de empezar y la constancia de seguir. Ya está.

Y ojo, un funnel bien hecho no es un billete dorado. No es un pelotazo de madrugada que te despierta rico. No. Pero sí es una máquina que, poco a poco, te convierte en alguien que vende todos los días. Todos. Sin excepción. Te convierte en alguien que convierte lectores en fans, y fans en clientes. En alguien que construye algo de verdad, que no depende del algoritmo ni del capricho de una red social. Solo depende de ti, de tu mensaje, y de las decisiones que tomes hoy.

Javier Carbaial

P.D. Si eres escritor, necesitas lectores. Pero más aún, necesitas que te lean, te recuerden… y vuelvan. Eso no pasa por casualidad. Pasa por tener sistema. Por tener un funnel de ventas.

P.D. Descarga mi guía. Aprovecha mientras la estoy ofreciendo gratis. Sí, ya sé, me volví loco, pero quiero que ya mismo comiences a crear comunidad y a vender tus libros a lo grande.

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