1. Los primeros pasos

Los primeros pasos

Imagínate esto: Estás frente a tu computadora, con una taza de café recién hecho al lado, y la pantalla en blanco esperando a que tus ideas cobren vida. Pero, antes de que empieces a teclear como loco, hay algo fundamental que debes hacer. Y no, no es simplemente comenzar a escribir. El primer paso, el más importante y motivador, es definir tu por qué.

Sí, tu por qué. ¿Por qué quieres escribir ese libro? ¿Qué quieres lograr con él? ¿A quién quieres ayudar o impactar? Este primer paso no solo te motiva, sino que te da claridad y dirección. Y, lo mejor de todo, te conecta emocionalmente con tu proyecto. No se trata de escribir por escribir, se trata de entender el propósito detrás de cada palabra que vas a poner en ese libro.

 

Cierra los ojos…

Así que, cierra los ojos un momento. Piensa en esa historia que quieres contar, en ese conocimiento que quieres compartir. ¿Cómo te hace sentir? ¿Cómo crees que se sentirán tus lectores cuando lean tus palabras? Anota esas emociones, esos objetivos. Haz una lista de todas las razones por las que este libro es importante para ti y para los demás. Porque, créeme, cuando tienes claro tu por qué, todo lo demás se vuelve más fácil y motivador.

Tómate un tiempo para hacer este ejercicio ya que ahorrarás mucho tiempo después. Es un paso indispensable para que tu proyecto fluya de la manera que necesita hacerlo.

Una vez tengas esto claro, estaremos listos para el siguiente paso: estructurar tus ideas. Pero por ahora, quédate con esta reflexión. Escríbela, grábala, tenla presente. Porque ese por qué será tu faro, tu guía en todo este proceso.

No subestimes el poder de este primer paso. Es el cimiento sobre el que construirás todo lo demás. ¡Vamos, que tu historia merece ser contada y leída!

 

Despertando al escritor interior

El primer tramo de esta aventura es esencial para dejar de patear la pelota para adelante y comenzar a trabajar en eso que tanto quieres. No vamos a perder el tiempo con teorías aburridas ni técnicas complejas. Vamos a lo que realmente importa: encender esa chispa creativa y poner en marcha la maquinaria de tus ideas.

Primero, quiero que te liberes de todas esas voces críticas que te dicen que no puedes, que no eres lo suficientemente bueno o que nadie querrá leer lo que escribes. Porque, ¿sabes qué? Eso es pura basura. Todos tenemos una historia que merece ser contada y tú no eres la excepción. Así que, respira hondo, suelta el aire y deja ir esas dudas.

Ahora, con la mente despejada, vamos a hacer un ejercicio sencillo pero poderoso. Agarra una hoja de papel y un bolígrafo, o abre un documento en tu computadora, y empieza a escribir. Pero no cualquier cosa. Quiero que escribas sobre la escena más emocionante que puedes imaginar para tu libro.

No importa si tienes toda la historia clara en tu cabeza o no, solo escribe esa escena. Puede ser una conversación intensa, un momento de revelación, una batalla épica o una lección sobre el curso que deseas publicar, lo que sea que te haga sentir vivo y lleno de energía.

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No te preocupes por la gramática, la ortografía o la estructura. Solo deja que las palabras fluyan. Piensa en los detalles: ¿Qué quieres expresar? ¿Qué ven tus personajes? ¿Qué sienten? ¿Qué sonidos hay en el ambiente? Cuantos más detalles pongas, más real se sentirá. Este es el momento de dejar que tu creatividad corra libre.

¿Ya tienes algo en el papel? Bien. Ahora léelo en voz alta. ¿Qué sientes? ¿Te emociona? ¿Te hace querer seguir leyendo? Si la respuesta es sí, felicidades, has dado el primer paso para despertar al escritor que llevas dentro. Si no, no te preocupes. Esto no es un examen. Es solo el comienzo. Guarda ese fragmento, porque te será útil más adelante.

Con esta escena escrita, ya tienes una chispa que puede encender todo el fuego de tu libro. Y lo más importante, has demostrado que puedes hacerlo. Esa es la magia del primer capítulo: romper el hielo, eliminar las dudas y poner en marcha tu creatividad. Recuerda, este es solo el inicio. Cada gran libro comienza con una pequeña chispa. Y esa chispa ya está en tus manos.

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Javier Carbajal

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