Las preguntas que se hacen los escritores a querer publicar un libro
Si quieres publicar tu libro, seguramente te estás planteando un montón de preguntas. Como sabes, nuestro sitio viene respondiendo esas dudas desde hace muchos años. Tal vez quieras saber ¿Cuáles son esas preguntas que más se hacen los escritores al querer publicar? Hoy hablamos de eso.
Primero, ¿qué es autopublicar y por qué demonios lo harías? Porque resulta que al empezar, nadie te dice cómo, cuándo ni a qué ritmo trabajar. Eres tu propio jefe. Pero eso trae consigo un pequeño detalle: también eres tu propio becario, editor, diseñador, community manager y vendedor de café en los descansos. ¿Ventaja? Controlas todo el proceso. ¿Desventaja? Controlas TODO el proceso. Si eres de los que procrastina viendo gatitos en YouTube, igual necesitas replantearte tus métodos.
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Vamos con el tema legal. ¿Tus derechos? ¿Están protegidos o tu libro corre más peligro que un pirata sin parche? Si esto te preocupa, regístralo. Con un trámite relativamente sencillo, te quitas de problemas mayores y evitas que un «espabilao» te haga pasar un mal rato. El registro no es obligatorio, pero siempre es recomendable, especialmente para aquellos que en ocasiones no publican por temor al plagio.
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Otra que no falla: ¿cuánto cuesta publicar? Aquí viene el dilema del siglo: ¿vas a hacerlo todo tú o vas a delegar? Porque si decides ponerte la capa de “hombre orquesta”, estoy seguro que ahorrarás dinero, pero el tiempo que invertirás no te lo devuelve ni el Ministerio de Asuntos Sobrenaturales. Ahora bien, si tiempo es lo que te sobra, en la actualidad, publicar puede salirte gratis o casi gratis. Vendas o no vendas libros.
En cambio, si contratas a un editor, un diseñador o un especialista en marketing, el resultado será más profesional, pero los billetes volarán de tu bolsillo. ¿Conclusión? Define tu presupuesto y ajusta las expectativas. Lo barato a veces sale caro y lo caro no siempre garantiza ventas.
Y, por supuesto, diseñar la portada. Aquí no se puede regatear. Una portada cutre, ordinaria o berreta, como decimos los nacidos en Uruguay, mata tu libro antes de que nazca. No me vengas con el «lo importante está dentro». Claro que sí, pero nadie abre el libro si lo de fuera parece diseñado por tu primo de 10 años con Paint.
Sigamos. ¿Cómo organizar la distribución del libro? Aquí la cosa se pone seria pero buena a la vez. Amazon KDP es el rey del mambo. ¿Por qué? Porque tiene alcance global, es fácil de usar y no tienes que moverte de casa. Pero no todo es Amazon: plataformas como Smashwords o Lulu ofrecen opciones muy interesantes, sobre todo si quieres llegar a lectores en formato físico sin vender un riñón.
Ahora el hueso más duro de roer: el marketing. Crear tu marca personal de escritor y luego difundirla a todos los niveles. Si crees que vas a escribir el libro, publicarlo y sentarte a esperar que el dinero fluya… mmmhhhh, despierta rápido. Esto no es Netflix. Aquí las redes sociales serán tu espada y tu escudo. Una página de autor en Instagram o en Facebook, publicaciones consistentes en Twitter, tu blog personal, reseñas en blogs especializados, y si te atreves, hasta un canal de YouTube donde hables de tu proceso. Todo suma. Pero ojo, porque hacer ruido sin estrategia es como disparar al aire: gastas munición y no cazas nada.
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Y para cerrar, la pregunta que más miedo da: ¿vale la pena publicar un libro? Pues depende. Si eres de los que se frustra si no vendes cien copias la primera semana, igual necesitas ajustar expectativas. Pero si eres perseverante y has tomado en serio eso que siempre te digo de que autopublicar es una carrera de fondo y no un sprint, la experiencia puede ser tremendamente gratificante. El hecho de que el libro sea tuyo, en tus términos, y que cada venta sea mérito puro y duro de tu trabajo, no tiene precio.
En este sitio pongo a tu disposición una gran variedad de tutoriales para que te atrevas a lanzarte a la publicación de tu libro por cuenta propia.
P.D. Una última cosa: la autopublicación no es para todos, pero para quien la domina, es un arte. Dale duro, porque el mundo no va a leer lo que tienes dentro si no haces algo para que llegue hasta ellos. Y eso, querido autor, depende únicamente de ti.
