El momento de elegir: Alicia, Neo y las piedras de Coelho

publicar o seguir sonando

Hay un instante en el camino de todo escritor en el que se parece un poco a Alicia en el País de las Maravillas. Ella se detiene ante una encrucijada y le pregunta al gato qué camino debe tomar. Él le responde:

—Depende de adónde quieras llegar.
Y cuando ella dice que no le importa mucho, él sentencia:
—Entonces, da igual el camino que tomes.

Y te confieso algo: esa escena fue uno de los mejores aprendizajes que tuve en su momento, sobre decidir. Porque elegir un camino —en la vida, en escribir o en lo que sea— no va de saberlo todo, sino de comprometerse con una dirección.

De decir: “voy por aquí, y veré qué descubro mientras avanzo.”

Muchos escritores se quedan justo ahí, como Alicia, paralizados mirando los caminos, pero sin dar el paso. Quieren publicar, pero no terminan de decidir si lo harán por su cuenta, con libertad y estrategia, o si seguirán esperando a que alguien más los “descubra”.

Y mientras dudan, los caminos se llenan de maleza.

Publicar un libro hoy no es un sueño lejano, es una decisión. El problema no es técnico, ni económico: es una cuestión de elección. 

Como la de Neo en Matrix, cuando Morfeo le muestra las dos pastillas: la azul para seguir dormido en la ilusión, o la roja para despertar y ver la realidad.

Pues bien: los escritores de hoy también tienen esas dos pastillas frente a ellos.

💊 La pastilla de color azul

Seguir esperando a que una editorial los descubra. Buscar aprobación, perfección y garantías. Acumular excusas: “aún no está listo”, “no tengo tiempo”, “necesito un agente”, «copiarán mi gran idea».

❤️ La pastilla color rojo

Publicar con sus propias manos. Aprender cómo funciona el sistema. Ser dueño de sus derechos, de sus decisiones y de su mensaje. Y al tragarla, no hay vuelta atrás: uno despierta. Descubre que puede crear su portada, maquetar su libro, subirlo a Amazon y verlo aparecer, vivo, en manos de un lector. Esa es la autopublicación: no un atajo, sino un despertar.

Pero aún hay otra metáfora más que me encanta: la de Santiago, el protagonista de “El Alquimista” de Paulo Coelho (Y espero que no me salgas con que Coelho esto o lo otro). Cuando Santiago empieza su viaje, un rey le da dos piedras, una blanca y una negra, para tomar decisiones cuando dude. No representan magia, sino confianza: el recordatorio de que el universo siempre conspira a favor de quien actúa.

Y eso, querido escritor, también te pasa a ti. Tú ya tienes tus dos piedras: la intuición y el conocimiento. La intuición te dice que tu historia merece ser contada. El conocimiento —que puedes adquirir paso a paso— te muestra cómo hacerlo realidad.

No necesitas señales del cielo ni el visto bueno de nadie. Solo decidir qué camino vas a tomar, qué pastilla te vas a atrever a tragar, y qué piedra vas a llevar en el bolsillo para recordarte que todo camino empieza con un paso.

Alicia, Neo y Santiago tenían algo en común: eligieron moverse. No se quedaron esperando una señal perfecta. Y eso marca la diferencia entre quien habla de escribir un libro y quien lo escribe, publica y deja huella.

Así que la próxima vez que dudes, recuerda: No elegir ya es una elección.

Javier Carbaial

P.D. 📘 Si tú también estás listo para tomar tu pastilla roja y publicar tu libro de verdad, empieza hoy.