Crecimiento del audio: ¿por qué cada vez más escritores se pasan al oído?
Te lo aviso desde ya: si aún crees que escribir es solo para leer, te estás perdiendo la mitad del pastel. Porque hay un fenómeno que lleva años cocinándose a fuego lento y ahora ha explotado con todo. Se llama audiolibro y está cambiando la forma en que los escritores conectan con su público.
Los audiolibros no son novedad, pero lo que está ocurriendo ahora va mucho más allá de “leí mi libro y lo subí a Audible”. Estamos viendo autores que directamente escriben pensando en el oído. Que construyen frases con ritmo, con cadencia, con la voz en mente. Porque saben que su historia no va a vivir en una página, sino en unos auriculares, entre el metro y la cocina, entre el gimnasio y la ducha.
Y no solo es práctico. Es rentable.
Spotify, Audible, Podimo, Storytel… están invirtiendo millones para convertir el contenido en audio en el nuevo terreno de juego. ¿Por qué? Porque la gente no tiene tiempo. Pero sí tiene oídos. Y tú, como autor, tienes una voz —o puedes alquilar una— que puede sonar mejor que cualquier banner, que cualquier post en redes, que cualquier email promocional.
Y si no quieres leer tú mismo tu libro, no pasa nada. Hoy hay locutores profesionales por todas partes, plataformas para grabar con calidad desde casa y programas que hacen que tu voz suene mejor que la del locutor de las noticias.
Pero espera, que hay más.
Porque no solo se trata de leer lo que ya escribiste. Se trata de crear directamente en formato audio. Microhistorias en forma de podcast. Reflexiones que terminan en leads. Series narrativas que enganchan por capítulos. Consejos útiles con ritmo de radio y fondo musical que hacen que la gente no solo escuche: se quede.
Y si todo eso lo mezclas con tu faceta de autor, tienes una fórmula brutal: contenido que entretiene, posiciona, emociona y, por supuesto, vende.
Los autores que ya están metidos en este mundillo lo saben: el audio genera una conexión diferente. Más íntima. Más directa. No hay pantallas de por medio, no hay distracciones. Solo tú y el lector, uno al oído del otro, como si te estuviera confesando algo en secreto.
Y esa cercanía convierte.
Por eso no es raro ver autores que, después de años peleando con libros que no se movían, lanzan un audiolibro o un pódcast y, de repente, lo petan. No porque el texto haya mejorado, sino porque el canal sí lo hizo.
¿Quieres que te escuchen? Pues entonces, habla.
No digo que abandones la escritura. Digo que le des voz. Que explores el audio no como un extra, sino como una parte vital de tu estrategia como autor. Porque si no lo haces tú, lo hará otro. Y ese otro sonará más fuerte.
P.D. – El texto sigue siendo poderoso. Pero el audio… el audio es adictivo. Y si logras que alguien te escuche durante 20 minutos seguidos, créeme: ya no necesita leer tu biografía para confiar en ti. Te tiene en el oído, y eso, en 2025, es oro puro.