Estoy completamente perdido… se siente feo, pero ¡es el momento de más acción!
Sí, yo también estuve ahí. Ese punto donde no sabes por dónde empezar. Ni siquiera sabes si lo que estás haciendo tiene sentido. Tienes ideas sueltas, mil notas en el móvil, frases comenzadas… O quizás, ni eso.
Solo sabes que te gustaría escribir un libro… Pero cuando lo intentas, te abruma la cantidad de cosas por decidir. Sientes que hay autores allí afuera publicando, vendiendo, mostrando sus portadas en redes… Y tú, mirando la pantalla como si fuera un abismo.
¿Cuáles son esos sentimientos?
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Como si no pudieras cumplir un sueño.
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Como si todos supieran algo que tú no.
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Como si tu idea no fuera lo bastante buena.
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Como si necesitaras permiso para comenzar.
Pero te voy a decir algo que ojalá me hubieran dicho a mí en ese momento:
«Estar perdido no es el problema.
El problema es quedarte quieto».
¿Qué hice yo cuando estaba perdido?
No comencé a juntar manuales en PDF para nunca abrirlos. No me iluminé con una revelación divina. No me anoté en mil cursos a la vez. No me puse como loco a buscar en YouTube. Ni siquiera dejé de saludar a mi vecino (sí el del Citroen rojo) Lo que hice fue empezar a hacerme las preguntas correctas.
Y fueron estas tres:
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¿Qué me gustaría escribir aunque nadie me leyera?
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¿Qué tema me apasiona tanto que podría hablar horas sin aburrirme?
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¿A quién me gustaría ayudar, emocionar o acompañar con lo que escriba?
Las respondí sin filtro. Sin pensar si eran «vendedoras». Y allí apareció la primera claridad. No un mapa entero, pero sí una dirección. Y eso basta para salir del laberinto.
¡Esto es lo que haría HOY! Y es lo que te recomiendo hacer…
1. Deja de pensar en el libro entero
Si estás intentando visualizar la portada, la dedicatoria, los 20 capítulos y la contracubierta… lo más probable es que termines bloqueado. Ningún libro nace completo. Nace en pedacitos. Así que suelta esa necesidad de tenerlo todo claro desde el primer día.
Escribe solo una idea que te emocione.
Una frase, una escena, un recuerdo, una sensación. Algo pequeño, auténtico, que te haga sentir que has comenzado. Esa chispa vale más que cualquier planificación perfecta.
2. Olvídate de si es comercial o no
Uno de los errores más comunes al empezar es matar la idea antes de escribirla… preguntándose si venderá. Y eso no solo es inútil, es injusto contigo y con tu creatividad.
Primero tiene que ser auténtico.
Que salga de ti, de lo que sabes, de lo que te conmueve o conoces bien. Ya habrá tiempo de pulirlo, de convertirlo en un producto o de adaptarlo a una audiencia. Pero si no nace sincero, jamás llegará lejos. No puedes corregir lo que aún no existe. Así que escribe sin pensar en la venta. Escribe para ti. Luego ya le daremos forma.
3. Pide ayuda
Esto cuesta. Lo sé. Porque todos queremos demostrar que podemos solos. Pero escribir —y más aún, publicar— puede convertirse en una travesía solitaria si no cuentas con acompañamiento. Pide ayuda, de verdad. No hace falta pagarle a nadie. A veces solo necesitas hablar con otra persona que esté en el mismo camino. O leer a alguien que haya pasado por lo mismo. Mostrarte vulnerable no te hace débil. Te hace humano. Y si estás leyendo esto, ya estás más acompañado de lo que crees.
¿Qué pasa si no sé cómo seguir?
Entonces estás justo donde muchos hemos estado. Y eso, lejos de ser una señal de fracaso, es una señal de inicio real. Porque no saber cómo seguir no significa que estés mal. Significa que estás buscando un camino mejor.
Cuando estuve en ese punto, entendí algo clave: No se sale del bloqueo con fuerza, sino con dirección. Y si no la tenés, podés pedirla. Puedes parar y mirar hacia adentro.
El error es pensar que tenés que avanzar solo. La verdad es que hay mapas, guías, herramientas y personas que ya pasaron por ese punto. Y yo, sin ir más lejos, soy una de ellas.
¿Quieres ir un paso más allá?
¿Quieres algunas herramientas extra para acelerar tu publicación y ahorrarte horas de prueba y error? Con los recursos adecuados, podrás dar formato profesional a tu libro, crear una portada lista para impresionar y optimizar tu ficha en Amazon sin tener que pelearte con la parte técnica.
Son atajos inteligentes que no saltan pasos, pero sí eliminan los obstáculos que frenan a la mayoría de autores, para que pases de la idea a las ventas en mucho menos tiempo.
Esta posibilidad es por tiempo limitado y está pensada únicamente para autores que ya están en marcha con su proyecto o han decidido comenzar en serio el proceso de publicación.
No es una oferta genérica ni un recurso que encontrarás abierto todo el año; es un impulso especial para quienes están listos para dar el siguiente paso ahora, sin dejar que su libro siga esperando.