¿Sitio web de autor? ¡Tu valor agregado!

Tener un sitio web propio cuando eres escritor es como tener una oficina con tu nombre en la puerta. Creeme que en la actualidad ha dejado de ser un lujo, para convertirse en una necesidad. Si aún crees que eso de tener tu propio sitio web es opcional, déjame sacudirte un poco con esta historia, como dicen en Netflix, «basada en hechos reales».

Érase una vez, en un reino no tan lejano, un escritor llamado Juan Pérez. Juan, como muchos otros escritores, era un romántico empedernido de la pluma y el papel. Pero había un pequeño problema: nadie sabía quién córcholis era Juan Pérez. Sus manuscritos, aunque magníficos, estaban acumulando polvo en un rincón de su escritorio y otros, aunque los había publicado en Amazon, apenas contraban con unas pocas ventas. Mientras, él seguía pensando que las redes sociales y los sitios web eran cosa de adolescentes con mucho tiempo libre y poco que decir.

Un día, Juan decidió ir a una feria de libros. Se preparó, imprimió alguno de sus textos, sus poemas más sentidos y allá fue, con su mejor sonrisa. Pasó horas tratando de captar la atención de los participantes, pero parecía invisible. Su competencia, en cambio, con sus relucientes tarjetas de visita que incluían direcciones web y logos de Instagram y Facebook, capturaban miradas y oportunidades. ¿La diferencia? Ellos existían en internet y Juan no.

Así que, después de ese triste baño de realidad, Juan decidió cambiar las cosas. Comenzó a investigar cómo podría crear su propio sitio web. Y ahí es donde nuestra historia se pone interesante, Juan descubrió que incluso podía tener un sitio web sin gastar un centavo.

Y sí, primero vamos a hablar de la opción gratis que Juan eligió para lanzarse a la popularidad. O bueno, su primer paso.

Para los que piensan que gastar dinero¡ en un sitio web es un desperdicio o no tienen ni un peso en su bolsillo, hay buenas noticias. Existen plataformas como WordPress.com y Blogger que te permiten crear una página sin costo alguno. Y es una buena manera de comenzar.

 

1. Opción amateur

 

El costo puede ser totalmente gratis. Sí, ni un centavo. Ni un euro. No dolar. Perfecto para los que no quieren aflojar la billetera. Es fácil de usar, no necesitas ser un genio de la informática. Las plataformas son intuitivas y te guían paso a paso. En cuestión de minutos, puedes tener tu página en marcha. Subes tus textos, fotos y listo. Ya tienes un rincón para comenzar a promocionar tu imagen en internet.

Pero, claro, no todo es perfecto en el reino de lo gratuito. ¿Las desventajas? Pues, para empezar, tendrás un subdominio tipo juanperez.wordpress.com, que suena un poco casero ¿no? Además, las opciones de personalización son limitadas y tu web podría verse igual que miles de otras. Sin mencionar que la capacidad para realizar SEO (esa cosa que hace que Google te quiera y te muestre en sus búsquedas) son bastante limitadas.

Pero sirvió para comenzar hasta que Juan , con su web gratuita y algunas ventas adicionales se dio cuenta de que necesitaba algo más, digamos impactante. Algo que le diera presencia y profesionalismo. Así llegó a la opción de pago y descubrió otras opciones mucho más interesantes.

 

2. Opción profesional

 

No hay nada que grite “soy un escritor serio” como tener tu propio dominio. juanperez.com suena mucho mejor ¿verdad? Con la mayoría de servicios de hosting de la actualidad, puedes instalar WordPress y elegir entre miles de temas y plugins que harán que tu web se vea única y profesional. ¿Te atascas? No hay problema. Tienes un equipo de soporte listo para ayudarte, en lugar de depender de foros y tutoriales dudosos. Contarás con mejores herramientas de SEO, para que Google te ame y te muestre a todo el mundo. Porque de nada sirve tener la mejor web si nadie puede encontrarla.

Juan invirtió en un sitio web profesional y en poco tiempo, su nueva web estaba en marcha. Subió sus manuscritos, abrió un blog, y hasta comenzó a vender sus libros directamente desde su sitio. Los resultados no tardaron en llegar. Empezó a recibir correos de editores interesados, sus redes sociales crecieron, y lo más importante, su trabajo empezó a ser conocido y valorado.

 

Pero ¿por qué es tan necesario?


No dependes de las redes sociales que cambian sus algoritmos cada dos por tres. Tú decides qué se muestra y cómo. Un sitio web bien diseñado te da una imagen profesional. Los lectores, editores y otros escritores te verán como alguien serio.

Puedes construir tu marca personal, bloguear, vender tus libros, compartir tus pensamientos y conectar con tus lectores de manera directa. No importa dónde estés, tu web está disponible para todo el mundo, las 24 horas del día, los 7 días de la semana. A través de tu web, puedes conectar con otros escritores, editores, agentes literarios y eventos. Te abre puertas que de otra forma permanecerían cerradas.

 

¿Y ahora qué?

 

Mira, al final del día, la decisión es tuya. Puedes quedarte con tu cuaderno y tus sueños, esperando que alguien algún día toque a tu puerta y descubra tu talento, o puedes tomar el control, construir tu propio sitio web y empezar a mostrarle al mundo de qué estás hecho.

Juan lo hizo y no ha mirado atrás desde entonces. Porque si hay algo que este cuento nos enseña es que, en el mundo digital, tener una presencia sólida es tan importante como escribir bien. Así que, ¿a qué esperas? Ponte las pilas, elige tu camino, y empieza a construir tu imperio literario online.

P.D.: Recuerda, tanto si eliges la opción gratuita como la de pago, lo más importante es que empieces. No esperes a que llegue el momento perfecto, porque nunca lo hará. Comienza ahora, aprende en el camino, y verás cómo tu carrera de escritor despega como nunca habías imaginado.

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