¿Quieres vender tu libro pero nunca compras uno?

¿Alguna vez has conocido a esa gente que, sin haber comprado un libro en su vida, está convencida de que va a escribir el próximo best-seller? Seguro que sí.

¡Espero que tú no seas uno de ellos y me esté buscando un problema!

Bueno, si eres uno de ellos y no te ofendes, sigue leyendo…

Me refiero a esos personajes que si les preguntas qué han leído últimamente, se quedan en blanco o te sueltan alguna excusa barata como «no tengo tiempo para leer», pero en la misma frase te cuentan que están escribiendo su propia novela. Y, ojo, no cualquier novelita, sino la obra que va a revolucionar el mundo editorial.

Vamos a ponerlo en perspectiva. Es como si un tipo que nunca ha jugado al fútbol decide que va a ser el próximo Messi. No ha tocado una pelota, no sabe lo que es una posición adelantada, pero está convencido de que tiene algo especial, una especie de gen oculto que le permitirá saltarse todos los pasos que los demás han tenido que dar. Porque, claro, él es diferente. Y es aquí donde empieza el problema.

La escritura, como cualquier otra disciplina, requiere conocimiento y experiencia. Y ese conocimiento no se obtiene de la nada. ¿No lo tienes? Eso no es problema. Pero debes adquirirlo. Se adquiere leyendo, estudiando y aprendiendo. Leyendo mucho y leyendo bien.

Porque leer te enseña lo que funciona y lo que no, te muestra diferentes estilos, te permite aprender de los mejores. Pero, por alguna razón, estos aspirantes a escritores piensan que son la excepción a la regla. Que pueden escribir una novela sin haber leído una buena en su vida.

¿Qué ocurre después? Pues lo que era de esperar. Su libro, esa obra maestra que iba a cambiarlo todo, no se vende. Y entonces llegan las excusas. Que si la gente ya no lee como antes, que si las editoriales están en crisis, que si Amazon tiene un algoritmo que conspira en su contra. ¡Que todo es una estafa! Lo que sea, menos admitir que tal vez, solo tal vez, deberían haber empezado por leer unos cuantos libros antes de ponerse a escribir.

Es un fenómeno fascinante y curioso. Porque para vender cualquier cosa, lo primero que debes hacer es conocer el mercado. ¿Y cómo vas a conocer el mercado literario si ni siquiera te tomas la molestia de comprar un libro? Es como querer vender vino sin haber probado una copa en tu vida. Es absurdo, ¿verdad? Pero ahí están, convencidos de que su genialidad innata les permitirá superar todas las barreras.

Escribir un libro no es fácil si no te lo curras y bien currado. Pero si te lo curras, sin dudas que puedes lograrlo. Es un trabajo arduo, solitario, que requiere disciplina y, sobre todo, humildad. Humildad para reconocer que tienes mucho que aprender, que hay grandes autores ahí fuera de los que puedes tomar lecciones, que necesitas leer, analizar, absorber, antes de intentar poner una palabra en la página.

Sin embargo, este tipo de personas no ven el valor en eso. No entienden que el verdadero aprendizaje está en la lectura. Que cada libro que compras y lees es una lección que te acerca un poco más a escribir algo decente. Porque, aunque nadie nace sabiendo, todos podemos aprender. Y los que lo entienden, los que se toman el tiempo para leer y aprender, son los que realmente tienen una oportunidad de escribir algo que valga la pena.

Es un proceso. Y como cualquier proceso, no hay atajos. No puedes saltarte pasos y esperar el mismo resultado que aquellos que han hecho el trabajo duro. Y si crees que puedes, bueno, es hora de un baño de realidad. Porque la escritura, al igual que cualquier arte, requiere respeto. Respeto por los que vinieron antes que tú, respeto por el proceso, y sí, respeto por los libros.

Así que si conoces a alguien que nunca compra un libro pero pretende vender los suyos, hazle un favor. Regálale un buen libro y dile que invertir en un buen libro al mes, no es tan prohibitivo. Puede que al principio no lo aprecie, que se lo tome como un insulto a su ego. Pero si tiene algo de sentido común, lo abrirá, lo leerá, y quizás, solo quizás, entienda que antes de escribir, primero hay que leer. Y mucho.

Nos vemos en el próximo artículo.

Javier Carbaial

P.D.: Si eres uno de esos que no compra libros pero quiere vender los suyos, este es el mejor consejo que vas a recibir hoy: ve a una librería, compra un libro, siéntate y léelo. No será tiempo perdido, te lo prometo. De hecho, puede ser la mejor inversión que hagas en tu vida. Porque si alguna vez quieres que alguien compre tus libros, primero tienes que entender lo que hace que un libro valga la pena. Y eso, amigo mío, solo se aprende leyendo.

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