¿Fracaso editorial o éxito alternativo? Cuando Amazon te salva del olvido

¿Fracaso editorial o éxito alternativo? Cuando Amazon te salva del olvido

Hay autores que soñaban con una editorial grande, una mesa de presentación, un editor con gafas y barba canosa que les dijera: “esto es brillante”. Y no pasó. O peor aún: pasó… y luego vino el estamparse contra la realidad.

Porque publicar con editorial no es garantía de éxito. De hecho, muchos firmaron contratos con ilusión y acabaron con cajas y cajas de libros durmiendo en el trastero, olvidados en catálogos donde ni Dios los encuentra, cobrando royalties que no alcanzan ni para invitar a un café.

Y luego está Amazon. Ese lugar que para algunos sigue siendo “la autopublicación cutre” y para otros, los que entienden cómo va el juego hoy, es la vía directa al lector, sin intermediarios que te digan cómo tienes que escribir o cuándo tienes derecho a existir.

Aquí va una verdad incómoda: hay autores que han vendido más en Amazon de lo que jamás soñaron vender con su editorial. Y no porque sean mejores, sino porque aprendieron a moverse, a entender cómo funciona el escaparate digital, a crear comunidad, a jugar con las reglas nuevas.

Hay casos brutales. Gente que fue rechazada por editoriales una y otra vez, autopublicaron en Amazon y se hicieron virales. Autores que publicaron con editorial, se hartaron del abandono y decidieron relanzar por su cuenta… y triplicaron ventas. No por suerte. Por control. Por libertad. Porque cuando tú decides la portada, el precio, la categoría y el calendario, dejas de ser un número y te conviertes en una marca.

¿Y sabes qué es lo mejor? Que como te he dicho tantas otras veces, no necesitas permiso de nadie. Amazon no te va a decir que tu historia no encaja. No le importa si fuiste al taller de escritura de moda o si tu corrector tiene un doctorado. Le importa que publiques. Que cumplas. Y que conectes con lectores que están deseando leer algo auténtico, algo fuera del molde.

Y si encima entiendes un poco de copy, de cómo titular, de cómo mover tu libro como un producto más (porque lo es), te puede ir muy bien. Tan bien que puede darte para vivir. Tan bien que puede hacerte volver a mirar esa carta de rechazo con una sonrisa torcida.

Esto no va de despreciar las editoriales. Las hay muy buenas. Pero va de no hundirte si no te aceptan. Va de entender que hoy hay otras puertas. Y a veces, la puerta lateral de Amazon no es la de servicio… es la que da al escenario principal.

Así que no llores si te dijeron que no. No te obsesiones con el “prestigio”. Preocúpate por llegar. Por vender. Por que te lean. Porque al final, eso es lo que hace que una historia siga viva.

Y si alguna vez pensaste que publicar en Amazon era una opción de segunda, solo te digo una cosa: el mundo está cambiando. Y tú puedes elegir quedarte esperando otra carta de rechazo… o darle al botón de “publicar” y empezar a jugar tu propia liga.

Javier Carbaial

¿Tienes una duda? Dímela. Estoy aquí.
No hay preguntas tontas. Lo tonto es quedarse con la espinita clavada.
Prefiero que me escribas hoy a que te arrepientas mañana por no haberlo hecho.
Nada de “ya lo buscaré después”… porque el “después” suele ser nunca.
Preguntar no cuesta nada. Pero quedarse con la duda… eso sí sale caro.