Formatos que ganan: audiolibros e interactivos, la nueva cara de la lectura
Si todavía estás pensando que un libro es solo letras apretadas en 300 páginas, lo llevas crudo. Si bien soy un defensor a muerte del libro en su formato tradicional, tanto impreso como digital, es cierto que mientras tú te peleas con la sangría en Word, otros autores ya están agregando efectos de sonido, voces de locutores que te ponen la piel de gallina y hasta botones que te llevan a otro capítulo como si fuera un videojuego.
Y no, no es ciencia ficción. Es el nuevo panorama editorial. El audiolibro ya no es la rareza que se escuchaba en casete hace veinte años. Ahora es lo que la gente pone mientras cocina, conduce, se ducha o hace sentadillas. Y está creciendo como la espuma.
¿Sabías que Spotify, Audible y Storytel están invirtiendo millones en esto? No por amor al arte, sino porque mucha gente quiere consumir historias sin tener que sentarse en silencio con un café humeante al lado. Quieren historias que puedan llevar en el oído mientras corren como si huyeran de sus propios pensamientos.
Y los ebooks interactivos tampoco se quedan atrás. Hay libros con mapas que se mueven, vídeos que amplían lo que lees, enlaces que te llevan a contenido extra. Cosas que hace unos años solo imaginaban los que tomaban microdosis de LSD en Silicon Valley. Hoy, eso ya es el mínimo para muchos lectores digitales exigentes.
Si escribes no-ficción, imagina esto: tu lector está leyendo tu capítulo sobre cómo organizar su negocio y, pum, haces clic y ve un vídeo tuyo explicándolo. Más conexión. Más valor. Más impacto.
Y si escribes ficción, ¿por qué no añadir una playlist emocional por capítulo, ilustraciones exclusivas o una voz narrando el final con el tono justo de tragedia?
El lector de hoy no solo quiere leer. Quiere vivir la historia. Sentirla. Y si le das texto sin alma, sin atmósfera, sin algo que le saque del scroll infinito de Instagram, algunos de ellos se van a aburrir, sobre todo los más jóvenes.
La buena noticia es que ya no necesitas un estudio de grabación ni un programador. Hay herramientas para grabar con calidad desde tu móvil, plataformas que te lo distribuyen todo, apps para montar ebooks interactivos sin ser hacker. Solo necesitas decidir que vas a jugar con las nuevas reglas, no quedarte fuera.
Porque esto no va de matar al libro tradicional. Va de expandir lo que puede ser un libro. De convertir tu historia en una experiencia. Y si tú no lo haces, te aseguro que habrá alguien que sí lo hará. Más rápido. Y se llevará tu lector.
P.D. – Un consejo: si vas a leer este artículo con los ojos, hazlo. Pero también piensa en cómo sonarías leyéndolo con tu voz. Porque en 2025, escribir bien, a veces y para un cierto público, no es suficiente.