Te lo pregunto así: ¿es importante tener luz en casa para leer por la noche? Claro, puedes usar una vela, pero con un buen foco es mucho más fácil. Pues con la página web pasa lo mismo. Como autor, no es estrictamente obligatorio tener una, pero si no la tienes, estás jugando en desventaja.
Porque mira, seamos sinceros. Hoy en día, si no estás en internet, para mucha gente, directamente, no existes. Y no, no vale solo con un perfil en Instagram donde subas fotos de tu libro junto a una taza de café y una vela encendida. Tener tu propia web es como tener una casa propia en lugar de vivir en el garaje de tus suegros. Es tu espacio, tu dominio, tus reglas.
Para empezar, una página web es tu carta de presentación profesional. Puedes ser un autor brillante, pero si alguien busca tu nombre en Google y lo único que aparece es tu perfil de Twitter donde te quejas del tráfico, pierdes puntos. Una web bien hecha dice: “Soy un autor serio. Sé lo que hago y aquí puedes ver mi trabajo.”
Además, una página web es un lugar donde puedes centralizar todo. ¿Tienes un libro publicado? Lo muestras ahí. ¿Escribes un blog? Lo enlazas ahí. ¿Quieres vender merchandising con frases de tus novelas? Bingo, lo haces desde ahí. Es el lugar donde todo lo que haces como autor tiene sentido y está al alcance de quien quiera saber más de ti.
Y no solo eso. Una web te da algo que las redes sociales jamás podrán darte: independencia. Porque, mira, las redes están bien para promocionarte, pero funcionan bajo sus reglas. Si mañana el algoritmo de Instagram decide que tus publicaciones solo las vean diez personas, te aguantas. En cambio, tu web es tu terreno. Nadie te quita visitas ni decide qué contenido ven tus lectores.
Ahora llegamos al punto de oro: la lista de correos. Si no sabes lo que es, te lo explico rápido. Es un listado de emails de tus lectores, gente que ha visitado tu web y ha dicho: “Quiero saber más de este autor.” Una vez que tienes esos correos, puedes comunicarte directamente con ellos.
Email marketing para autores independientes
¿Tienes un nuevo libro? Les envías un email. ¿Organizas un evento? Les envías otro. Sin depender de redes sociales ni de si el algoritmo tiene ganas de ayudarte ese día. Y ojo, una lista de correos no es solo para vender. También es para conectar. Compartes anécdotas, contenido exclusivo, lo que quieras. Y esa conexión es la que convierte lectores ocasionales en fans leales.
Otra razón para tener una página web es que puedes usarla para mostrar lo que haces. ¿Tienes relatos cortos que no publicaste? Sube algunos a tu blog. ¿Quieres compartir el proceso detrás de tu última novela? Hazlo. Los lectores aman sentir que están más cerca del autor, y una web es el lugar perfecto para eso.
Y si además de escritor te gusta diversificar, tu web puede ser una tienda online. Vende tus libros en digital, en físico, o incluso merchandising. Una camiseta con la frase épica de tu novela favorita puede ser más rentable de lo que crees.
“Es que no sé hacer páginas web,” dirán algunos. No pasa nada. Hoy en día, plataformas como WordPress, Wix o Squarespace hacen todo tan fácil que podrías tener una web decente en un fin de semana. Y si no quieres ni mover un dedo, siempre puedes contratar a alguien. Pero hazlo. Es una inversión que vale cada centavo.
Eso sí, no te vuelvas loco con el diseño. No necesitas un sitio con efectos de fuegos artificiales o música de fondo. Lo importante es que sea clara, fácil de navegar y que dé respuesta a tres preguntas clave: ¿Quién eres? ¿Qué escribes? ¿Dónde pueden comprar tus libros?
Tener una página web no es opcional si te tomas en serio tu carrera como autor. Es un lugar donde tus lectores pueden encontrarte, conocerte y, sobre todo, confiar en ti. Porque sí, una web bien hecha genera confianza. Y la confianza vende libros.
Sin ella, estarás como gritando en el desierto, esperando que alguien pase por casualidad. Pero con una web, es como tener un cartel luminoso que dice: “¡Aquí estoy! ¡Léeme!”
P.D.: Y no te olvides del blog en tu web. Cada post que escribas es una oportunidad más de aparecer en las búsquedas de internet. Es como dejar miguitas de pan para que los lectores lleguen a ti. Y créeme, funcionan.
P.D.2: Si todavía dudas, piensa en esto: los grandes autores lo tienen claro. Si ellos tienen página web, ¿por qué tú no? Venga, lánzate. Tus lectores te lo agradecerán.