¿Cómo sé si mi idea de libro es buena?

Antes de que te lances a escribir la próxima obra maestra que revolucionará el mercado de libros, déjame ser claro: todos creemos que nuestra idea de libro es la hostia. Pero la realidad es que, la mayoría de las veces, no lo es. ¿Cómo saber si tienes oro entre manos o si solo estás soñando despierto? Aquí va la respuesta que necesitas, sin rodeos y con un par de collejas amistosas si hace falta.

Primero, pregúntate: ¿Para quién escribes? Si la respuesta es “para todo el mundo”, felicidades, ya has empezado mal. Porque nadie escribe para todos. Escribir para todos es como tratar de contentar a la suegra, al jefe y a tu mejor amigo en la misma cena: imposible. Define a tu lector. ¿Es un romántico empedernido que quiere enamorarse en cada página? ¿Un emprendedor buscando ideas para volverse rico? ¿O alguien que lee para olvidarse del mundo? Si no puedes describir a tu lector, mejor párate aquí y vuelve a pensar.

Luego, hablemos de la originalidad. Pero ojo, no me vengas con que tu libro será “totalmente único” porque eso es un unicornio en el mundo literario. Lo que importa no es que tu idea sea nueva, sino cómo la cuentas. Todos los thrillers giran en torno a crímenes, pero lo que los hace buenos es la forma en que el autor juega con tu mente. Así que no te obsesiones con inventar algo que no existe; preocúpate por hacerlo a tu manera.

Un truco que nunca falla: cuenta tu idea a alguien y mira su reacción. Pero no vale la gente que te quiere mucho, porque siempre dirán: “¡Qué maravilla, cariño, estás hecho un genio!” Busca al amigo que no tiene filtros, el que te dice que te queda mal el peinado o que esa camisa te hace ver como vendedor de seguros. Si a él le interesa, vas bien. Si bosteza, prepárate para ajustar tu enfoque.

Otra clave: ¿puedes resumir tu idea en una frase? Si empiezas con un discurso de veinte minutos para explicar de qué va tu libro, mal asunto. Una buena idea se entiende rápido. Piensa en los grandes éxitos: “Un mago adolescente descubre que está destinado a enfrentarse al mayor villano del mundo” o “Un hombre queda atrapado en un bucle temporal y vive el mismo día una y otra vez”. Boom. Directo y efectivo.

Y no te olvides de la demanda. Sí, escribir es arte, pero también es negocio. ¿A quién le interesa tu idea? ¿Existe un público que ya esté leyendo cosas parecidas? Porque, aunque duela decirlo, el mercado manda. Si nadie quiere leer sobre “un caracol filósofo que recorre Europa en busca de sentido”, quizás sea hora de replantearte las cosas.

Eso sí, no confundas “demanda” con copiar lo que ya está hecho. Si ahora los libros de vampiros están de moda, no intentes colarte con otro más, a menos que tu vampiro sea un panadero diabético con ansiedad social. Encuentra ese pequeño giro que haga que tu libro no sea solo una copia barata.

Por último, hazte una pregunta que casi nadie se hace: ¿te emociona tu idea? Porque si no te mueve ni a ti, ¿cómo demonios esperas que emocione a alguien más? Escribir un libro lleva tiempo, esfuerzo y más de un arranque de frustración. Si no estás completamente enganchado con tu historia, no llegarás al final.

En resumen, una buena idea de libro tiene que tener un lector claro, un gancho irresistible, un toque personal y suficiente chispa para encender tu pasión y la de otros. Y si dudas, recuerda esto: siempre puedes escribir un mal libro, pero nunca podrás escribir uno bueno sin una idea sólida detrás.

Javier Carbaial

P.D.: Si tu idea aún no te convence o sientes que le falta algo, mándamela. Prometo no ser amable, pero sí ayudarte a que brille. 😉

Si tienes alguna duda, pregúntameESTOY. No hay preguntas tontas cuando lo que quieres es avanzar. Estoy aquí para echarte un cable, no para que te vayas con la cabeza hecha un lío. Así que mejor preguntar que quedarse con la espinita clavada pensando “ya lo buscaré después”... porque ese “después” suele ser nunca. Preguntar es gratis. Quedarte con la duda… eso sí que sale caro.

Ladran Sancho. Guía práctica para lidiar con haters.
Libros y Guías
Javier Carbajal

Cómo Lidiar con los Haters y Usar sus Críticas a tu Favor

El tema de los haters es como el de los mosquitos en verano: zumban, pican y a veces te hacen perder la paciencia. Pero hay un pequeño detalle que siempre me consuela: los mosquitos solo pican a la gente que tiene sangre buena. Así que, querido hater, gracias por confirmarme que lo que hago es relevante.

LEER MÁS »