El tema de los haters es como el de los mosquitos en verano: zumban, pican y a veces te hacen perder la paciencia. Pero hay un pequeño detalle que siempre me consuela: los mosquitos solo pican a la gente que tiene sangre buena. Así que, querido hater, gracias por confirmarme que lo que hago es relevante.
Este nuevo libro que me hace tanta ilusión presentar, «¡Ladran, Sancho! Guía práctica para lidiar con Haters» es básicamente un manual para enfrentarte a esa fauna peculiar que parece haber hecho un doctorado en criticar negativamente lo que otros intentan construir.
Y no, no es un ladrillo motivacional. Este libro es un arma. De esas que no matan, pero dejan cicatrices de vergüenza ajena en quien lo merece.
¿Por qué existen los haters? ¿Quiénes son?
Básicamente, son personas que cargan con el peso de sus propios fracasos como si fueran una mochila llena de piedras. No es que odien lo que haces, sino lo que les recuerdas: oportunidades que no aprovecharon, sueños que dejaron de lado y metas que se convirtieron en polvo.
Te atacan, te critican, te analizan… porque enfrentarte a ti es más fácil que enfrentarse al reflejo de su frustración. Pero mientras ellos se pierden en ese círculo vicioso, tú sigues adelante. Porque, y esto te lo digo sin anestesia, el éxito no es para quienes se paralizan por el miedo al fracaso, sino para quienes lo usan como peldaño hacia algo mejor.
En el libro te cuento algo brutal: los haters, sin saberlo, son como el departamento de control de calidad gratuito de tu vida. Sus críticas a veces son tan descabelladas que, de puro irónicas, te dan ideas.
¿Cómo puede alguien criticar que seas feliz, emprendedor o, peor aún, sincero? Pues te sorprenderías. Pero ahí está la clave: lo que dicen de ti tiene mucho más que ver con ellos que contigo. Tú, mientras tanto, sigue escalando. Si los haters ladran, es porque estás cabalgando.
¿Un ejemplo para animarte? Seguro que conoces a Elon Musk. Ese hombre lanza cohetes y los devuelve como si fueran un frisbee. ¿Qué hacen los haters? Se ríen de su peinado o de que duerme en un sofá. Pero ahí sigue él, sumando ceros en su cuenta.
O Taylor Swift, que convirtió los insultos en canciones y ahora hasta sus detractores se saben sus letras de memoria. Esto es clave: si no eres lo suficientemente valiente para que te odien, tampoco lo eres para que te admiren.
El libro, además, tiene una sección maravillosa sobre los haters cercanos. Esos que duelen más porque tienen tu teléfono y te mandan mensajes pasivo-agresivos en Navidad. Un clásico: «Qué bien te va… aunque seguro que tienes suerte». Claro, suerte. Como si las horas que pasas currando te las regalara el universo en una rifa cósmica, mientras ellos terminan de ver la tercera serie de Netlix de la semana.
Te lo dejo claro: no pierdas tiempo intentando convencer a nadie de que mereces estar donde estás. Gasta esa energía en avanzar. Porque los haters cercanos suelen ser los más peligrosos: disfrazan su envidia de «consejos bien intencionados». No te dejes engañar. Si te va bien, vas a tener admiradores sinceros y haters profesionales. No te preocupes, quieras o no, los tendrás. Ambos son necesarios. Uno para animarte, el otro para motivarte.
Así que, querido lector, si tienes un hater en tu vida, ya sea un troll de internet o tu primo el que opina que tu negocio «está bien pero no durará», hazme un favor: cómprales el libro y se lo regalas. A lo mejor les ayuda a entender que mientras ellos critican, tú creces. Y si no lo hacen, da igual. Tú no paras.
P.D. Si no tienes haters, preocúpate. Significa que no estás haciendo suficiente ruido.
¿Para cuando el libro? Principios de 2025. Será mi primer libro para estrenar el año. Suscríbete a nuestro sitio que te aviso a tu email en cuanto se encuentre disponible.