La elaboración de un libro es un proceso que trasciende la simple escritura del texto principal; requiere una atención meticulosa a su estructura y a cómo se presentan sus diferentes componentes. Y así lo espera Amazon en los libros que recibe a través de su servicio de publicación KDP.
Un libro se divide esencialmente en tres partes fundamentales: (1) las páginas preliminares, (2) el cuerpo de la obra y (3) las páginas finales. Cada una de estas secciones desempeña un papel fundamental en la experiencia de lectura y en la comunicación efectiva del mensaje del autor.
Las páginas preliminares son las que aparecen antes del primer capítulo y sirven como introducción al libro. Estas páginas establecen el tono y proporcionan información esencial al lector. Comienzan con la portadilla, que siempre se encuentra en una página derecha y presenta únicamente el título del libro, sin encabezados ni números de página.
Le sigue la página de título, también en una página derecha, donde se muestra el título, el subtítulo si lo hay y el nombre del autor, omitiendo la palabra «de» antes del nombre, incluso si aparece en el manuscrito original. La página de derechos de autor viene a continuación, ubicada en la primera página izquierda después de la página de título, y contiene la información legal pertinente sin encabezados ni numeración.
Después de estas páginas iniciales, puede incluirse una página de dedicatorias, que suele aparecer en una página derecha y únicamente lleva número de página y encabezados si se extiende más de una página.
La tabla de contenidos es otra sección importante, ubicada en una página derecha y sin encabezados ni números de página. Esta tabla debe reflejar fielmente los títulos y subtítulos tal como aparecen en el cuerpo del libro, garantizando coherencia y facilitando al lector la navegación por el contenido.
El cuerpo de la obra es el corazón del libro, donde se desarrolla el contenido principal. El primer capítulo siempre comienza en una página derecha, mientras que los capítulos siguientes se inician en la página disponible siguiente, sin importar si es izquierda o derecha.
Las páginas de título de capítulo no llevan encabezados y la numeración de las páginas sigue el estilo de diseño seleccionado. Los títulos y números de capítulo se formatean según el estilo elegido, independientemente del formato en el manuscrito original. Es importante destacar que el primer párrafo de cada capítulo no tiene sangría en la primera línea.
En cuanto al texto del cuerpo, este se presenta justificado para ofrecer una apariencia uniforme y facilitar la lectura. Los párrafos consecutivos tienen sangría en la primera línea y no hay espacios adicionales entre ellos, a menos que se inicie una nueva sección.
El espaciado entre párrafos o secciones debe ser consistente a lo largo de todo el libro. Los encabezados de las páginas izquierdas muestran el nombre del autor, mientras que los de las páginas derechas presentan el título del libro. Los números de página se muestran en números arábigos y su posición debe ser coherente según el diseño seleccionado.
Las páginas finales contienen material complementario que aparece después del último capítulo. Entre estas secciones se encuentran la bibliografía y las páginas de referencia, que comienzan en una página derecha y proporcionan al lector fuentes adicionales y créditos por el material consultado.
La página de la biografía del autor también se ubica en una página derecha y ofrece una visión más personal del autor, su trayectoria y otras obras publicadas.
El índice es una herramienta valiosa para el lector que desea localizar temas o conceptos específicos dentro del libro. Siempre comienza en una página derecha y utiliza una sangría francesa, donde la primera línea de cada entrada se alinea al margen izquierdo y las líneas siguientes tienen sangría. Esta sección solo incluye números de página o encabezados si se extiende más de una página, manteniendo así una numeración uniforme y facilitando la búsqueda de información.
Sin dudas, una presentación cuidadosa y una estructura bien definida son esenciales para crear una experiencia de lectura agradable y profesional. Cada detalle, desde la portadilla hasta el índice, contribuye a reflejar el compromiso del autor con su obra y enriquece la interacción del lector con el libro. Al seguir estas pautas para las páginas preliminares, el cuerpo de la obra y las páginas finales, se garantiza que el libro no solo comunique su contenido de manera efectiva, sino que también cumpla con los estándares de publicación y las expectativas de los lectores.