¿Qué autores y qué libros se vendieron más durante el Día del Libro 2025?
No sé qué estabas haciendo tú el 23 de abril de 2025, pero en Cataluña todo fue un espectáculo. Sant Jordi volvió a ser ese tsunami de libros, rosas y abrazos que ya no sorprende, pero sí emociona. En los tiempos que vivimos, ver a millones de personas en la calle celebrando la cultura es algo que te hace pensar: «¡Pues igual nos queda algo de esperanza!»
Según la Cambra del Llibre de Catalunya, que no es que se emocione fácil ni regale halagos, este Sant Jordi fue el mejor de la historia. Sí, has leído bien: el mejor. Más de 26 millones de euros facturados, 2 millones de libros vendidos, y un ambientazo en las calles que ni el mejor guionista de Hollywood podría haber imaginado.
En Barcelona se montaron 448 puestos de libros. Y para colmo, el sol brillando todo el día, ni una nube, ni una excusa para quedarse en casa. A las firmas de libros asistieron familias enteras, niños, abuelos, turistas que no sabían ni qué era Sant Jordi pero igual compraban algo para no quedarse fuera del fiestón.
Lo bonito no fue solo que se vendieran libros a rolete, sino el afán con el que la gente los buscaba. No iban solo a mirar escaparates sino a encontrar esa historia que les cambiara la tarde o el año entero. Algo que en tiempos de reels, shorts y memes de gatos tiene un mérito importante.
Obviamente, no todo fue Barcelona, ¿eh? Porque si bien Cataluña se lleva la palma ese día, el Día del Libro también se celebró con ganas en otras comunidades. En ciudades como Madrid, Sevilla, Valencia o Zaragoza las librerías sacaron su artillería: descuentos, firmas, actividades, y un aroma de páginas nuevas en el aire que recordaron los viejos tiempos prepandemia.
¿Te suena eso de que la gente ya no lee? Pues mira, los datos de YouGov dijeron otra cosa bien distinta. Según la encuesta que sacaron por esas fechas, un 33% se considera lector asiduo (de los de verdad, no de los que se compran el libro para decorar la estantería del salón). Otro 31% lee de vez en cuando, y solo un triste 10% reconoce que no lee nada de nada. Lo siento por ellos, pero es lo que hay.
Y otra cosa importante: la novela sigue reinando en el mundo literario con un aplastante 50% de preferencia. Ciencia ficción, fantasía y ensayo intentan seguirle el ritmo, pero todavía les falta cuerda para alcanzarla.
En cuanto al formato, otro cachetazo a los pesimistas de la impresión: más de la mitad, un 54%, dice que prefiere el papel de toda la vida. El que huele rico aunque se pida por Amazon. Que sí, que los ebooks son muy cómodos y caben mil libros en el móvil, pero al final nada como doblar una esquina de la página para no perderte o subrayar con lápiz aquel renglón. Y sí, es cierto que la impresión bajo demanda ha hecho un gran aporte para mantener viva esa grata experiencia.
Y no quiero dejarme fuera una cosa importante: regalar libros sigue estando de moda. El 35% compró libros para sí mismo y otro 25% para regalar. El Día del Libro no fue solo de pasear y ver paradas, fue de comprar, regalar y, sobre todo, compartir historias.
El Día del Libro 2025 fue una fiesta
Librerías independientes, cadenas grandes, bibliotecas públicas y hasta tiendas de barrio sacaron músculo. Se organizaron lecturas públicas, talleres de escritura, firmas de autores conocidos y desconocidos, y hasta cuentacuentos para que los más pequeños empiecen a mamar el amor por las historias antes de que TikTok les arruine el cerebro y esto no está dicho con ironía.
En Madrid, por ejemplo, había librerías donde no cabía un alma. Parecía el metro en hora punta. En Sevilla, montaron rutas literarias, de esas en las que empiezas viendo un poema de Machado y acabas en un bar tomándote una cerveza mientras discutes si Cien años de soledad es o no la mejor novela de todos los tiempos. En Valencia, los puestos de libros invadieron plazas y jardines, demostrando que la cultura también puede oler a flores y a tierra mojada.
Los libros más solicitados
En ficción (en castellano), María Dueñas se coronó reina absoluta con Por si un día volvemos. No falla: lanza un libro y vende como si no hubiera mañana. Joël Dicker, que parece tener una fábrica de thrillers en su casa, también arrasó con La muy catastrófica visita al zoo. Y Freida Mc Fadden con «La asistenta».
Por allí tambien aparece Ildefonso Falcones, que ya es un clásico de Sant Jordi con En el amor y en la guerra. Y ojo a los que vienen pisando fuerte: David Uclés, Sara Mesa, Milena Busquets, Enrique Vila-Matas y Pilar Eyre también se metieron en los listados.
Entre los éxitos de no ficción (en castellano) de este Día del Libro 2025, destaca El loco de Dios en el fin del mundo, de Javier Cercas (Random House), un ensayo cargado de reflexiones filosóficas y existenciales que no solo ha dado que hablar, sino que además ha arrasado en ventas.
Por su parte, Hábitos atómicos, de James Clear (Editorial Diana), sigue imbatible. Años después de su publicación, se mantiene como la guía práctica definitiva para todos los que quieren cambiar sus hábitos sin morir en el intento.
Otros títulos que también brillaron en las listas fueron El puente donde habitan las mariposas de Nazareth Castellanos, La Supraconciencia existe del Dr. Manuel Sans Segarra y Juan Carlos Cebrián, y el provocador Cómo mandar a la mierda de forma educada de Alba Cardalda, que demuestra que el arte de poner límites, si se hace con estilo, también puede vender libros a raudales.
Y los más jóvenes, esos que muchos dicen que no leen, dieron la campanada en el apartado infantil y juvenil. Los juegos del hambre 5 fue un bombazo. Suzanne Collins puede estar tranquila, todavía tiene el mercado a sus pies. También arrasaron Iryna Zubkova, Callie Hart y Lauren Roberts, demostrando que, mientras haya héroes, aventuras y alguna que otra historia de amor imposible, los adolescentes seguirán leyendo.
Y para cerrar con broche de oro: mientras nosotros llenábamos las calles de letras, en el otro lado del Atlántico, en Río de Janeiro, empezaban su aventura como Capital Mundial del Libro 2025. La UNESCO puso allí el foco y Río, que ya de por sí sabe montar fiestas, prometía llevar la literatura hasta a las favelas si hacía falta. Porque leer, como bailar, es de todos.
Latinoamérica también se rindió ante los libros en 2025
Si pensabas que el Día del Libro era solo cosa de España, te digo algo: pues no. Desde México hasta Argentina, pasando por Colombia, Chile, Perú o Uruguay, las ferias del libro, los encuentros con autores, las lecturas públicas y hasta los recitales poéticos en plazas y parques estuvieron al orden del día. En cada rincón, en cada ciudad, la palabra escrita volvió a recordarnos que las buenas historias no entienden de fronteras.
El gran protagonista de este año, eso sí, fue Río de Janeiro. Como te dije, la ciudad brasileña se estrenó como Capital Mundial del Libro 2025, un título que no se da a la ligera y que Río recibió montando un auténtico carnaval literario (porque si los brasileños hacen algo, lo hacen a lo grande).
El plan de acción que presentaron no era poca cosa: promover la lectura, apoyar a las editoriales locales, impulsar una cultura literaria más inclusiva y sostenible. En resumen, convertir cada rincón de la ciudad en un homenaje a las letras. No faltaron eventos gratuitos, talleres, espectáculos, y una cantidad de libros rodando por las calles que te hacían preguntarte si habías caído sin querer en el paraíso de los lectores.
Mientras tanto, en otros países, las librerías aprovecharon para lanzar promociones especiales, hubo maratones de lectura en colegios, campañas en redes sociales donde autores jóvenes encontraron su primera oportunidad de brillar, y ferias del libro que, aunque más modestas que las de Barcelona o Madrid, destilaban pasión y ganas a raudales.
Y algo que no es un detalle menor: Latinoamérica sigue siendo una región donde el libro en papel tiene un peso brutal. La conexión con el objeto físico, con esa ceremonia casi mágica de abrir un libro nuevo y olfatearlo, sigue viva como pocas cosas en el mundo moderno.
Así que sí: el Día del Libro 2025 no solo batió récords en ventas en España. También se celebró, vibró y se disfrutó en toda Latinoamérica como una gran fiesta compartida, demostrando que aunque cambien los gobiernos, los modismos y hasta los memes, el amor por las buenas historias sigue siendo el idioma universal que más nos une.
El Día del Libro 2025 no fue solo una fecha en el calendario. Fue un recordatorio brutal de algo que a veces olvidamos: que mientras el mundo corre detrás de modas, pantallas y prisas, los libros siguen ahí, firmes, sosteniéndonos.
Cataluña lo celebró como nunca, España entera vibró con las letras, y Latinoamérica puso su alma en la fiesta, demostrando que la lectura no es una costumbre vieja, sino una revolución silenciosa que cada año suma más soldados.
En un mundo que parece querer todo instantáneo y descartable, un libro sigue siendo ese refugio donde el tiempo se detiene, las ideas florecen y el alma respira.
Y viendo lo que pasó este año, queda claro que los libros no solo sobreviven: están más vivos que nunca, listos para conquistar cada rincón del planeta. Así que sí: si el futuro es de quienes leen… el futuro pinta más que bien.
P.D.: No sé tú, pero yo ya estoy eligiendo qué libro regalar el próximo año. Mejor no quedarse sin munición para la próxima gran batalla de las ideas. Y si tú todavía no has regalado un libro, estás tardando. Porque en un mundo donde todo dura un segundo, un buen libro sigue siendo el único regalo capaz de quedarse contigo toda la vida.