«Soy psicólogo y quiero publicar un libro»

Entre las decenas de correos electrónicos que recibo a diario, el otro día me llegó uno de una licenciada en psicología consultándome sobre la posibilidad de escribir y publicar un libro aprovechando sus conocimientos.

«Hola, mi nombre es Abril y soy psicóloga. Desde hace tiempo admiro los libros de ayuda psicológica y siempre he querido escribir uno. Me gustaría compartir mis conocimientos de una forma accesible y útil para la gente, y al mismo tiempo, mejorar mi imagen profesional en internet. Sin embargo, no sé muy bien por dónde empezar ni cómo estructurarlo para que realmente impacte a los lectores. ¿Tienes algún consejo?»

Sí, claro. Tengo uno.

No lo hagas 🤨

Es broma. (O no)

Porque te voy a decir algo que, si eres psicóloga o psicólogo, entenderás mejor que nadie: la gente no quiere leer tratados de psicología La gente busca soluciones.

Por eso, si tienes en mente escribir un libro lleno de términos técnicos, estudios y teorías como si estuvieras redactando una tesis doctoral, estás perdido.

Nadie lo va a leer.

Nadie.

A ver, tu madre sí, tu hermana y algún amigo. Y tu pareja, si es que tienes una muy paciente. Pero no el público al que quieres llegar. Y si nadie lo lee, entonces da igual que lo publiques, que lo imprimas en tapa dura o que le pongas un prólogo de algún profesor universitario con muchos títulos y pocas ventas.

El libro no servirá para nada. Ni para mejorar tu imagen. Ni para atraer clientes. Ni para posicionarte como autoridad. Solo lograrás perder tu valioso tiempo.

Ahora bien, si de verdad quieres que un libro te funcione, escucha con atención, porque esto que te voy a contar vale más que muchos cursos de marketing personal.

Tu libro no tiene que ser un libro. Tiene que ser una conversación. Piensa en la típica charla con un paciente. No te pasas una hora soltándole datos, teorías y referencias bibliográficas. Le cuentas las cosas de manera clara, con ejemplos, con historias que conecten.

Pues tu libro tiene que ser igual. Que la gente lo lea y sienta que está tomándose un café contigo. Que entienda lo que dices sin esfuerzo. Que cada capítulo sea como una sesión de terapia, en la que sin darse cuenta, algo dentro de ellos haga clic.

Y para eso, hay tres reglas que debes seguir a rajatabla:

✔️ Regla número uno: Escribe como hablas.

Si en tu día a día no usas palabras como “paradigma”, “sistematicidad” o “transversalidad”, no las pongas en tu libro. No estás escribiendo para impresionar a otros psicólogos. Estás escribiendo para gente normal, con problemas normales, que buscan soluciones normales.

✔️ Regla número dos: No expliques, muestra.

En vez de decir “el estrés es perjudicial para la salud”, cuenta la historia de un tipo que trabajaba 14 horas al día, no dormía, comía fatal y acabó en urgencias pensando que tenía un infarto cuando en realidad era un ataque de ansiedad. Eso se queda en la cabeza. Eso engancha. Eso hace que el lector quiera seguir leyendo.

✔️ Regla número tres: El título es el 80% del éxito.

No pongas cosas como “Psicología del bienestar emocional” o “Claves científicas para una vida plena”.

Aburrido. Malo. Olvidable.

Pon algo que haga que la gente sienta que necesita ese libro en su vida. Algo como:

“Por qué tu cerebro te sabotea y cómo evitarlo”

“Cómo dejar de preocuparte por todo (y empezar a vivir de una vez)”

“Lo que ningún psicólogo te dice, pero necesitas saber”

Cosas así.

Títulos que llamen la atención, que generen curiosidad, que hagan que una persona, en una librería o en Amazon, se pare y diga:

“Jolines, esto me interesa.”

Si sigues estos consejos, tu libro no será un manual aburrido más. Será algo que la gente querrá leer, compartir y recomendar. Y ahí sí, tendrás autoridad. Ahí sí, tu imagen profesional crecerá. Ahí sí, empezarán a llamarte para entrevistas, colaboraciones y consultas privadas.

Porque un buen libro abre puertas. Un mal libro, en cambio, solo abre cajones (y luego los cierra para siempre). Y tú decides dónde quieres que acabe el tuyo.

Javier Carbaial

P.D. – Si después de leer todo esto sigues con ganas de escribir tu libro, hazlo. Pero hazlo bien. Y si necesitas más consejos, aquí me tienes. Aunque, si te soy sincero, con lo que te acabo de decir ya tienes material de sobra para empezar.

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