Breve plan de acción para publicar un libro en formato digital

¡Bien! Ha costado, pero finalmente has tomado la decisión de lanzarte a escribir y publicar un libro. Tu libro. Sabes que es la única manera de sacarte esa espina que tienes clavada hace tanto tiempo y arriesgarte a saber finalmente si publicar tus propios libros puede reportarte ese beneficio económico y personal del que parecen disfrutar todos los que publican.

Sabes que tienes que pasar a la acción, que el tiempo no lo hará solo, llevas años con la idea dando vueltas en tu cabeza y es hora de ponerla en práctica. Sabes que es el momento de sembrar para que la tierra comience a dar sus frutos.

Pero ¿Cómo se comienza? La pregunta del millón.

Aunque parezca complicado no lo es. Lo único que se necesita para comenzar es un plan de acción. ¿Un qué?  Un plan de acción.

El plan de acción es el punto de inflexión, la base de cualquier emprendimiento, y también lo es al momento de decidirse a publicar un libro. Sin un plan de acción todo se reduce a un sueño, a un simple deseo.

Al preparar un plan de acción, nos estamos diciendo a nosotros mismos y a todos los niveles, que nos ponemos en camino, que pretendemos hacer nuestro sueño realidad y que ya no habrá marcha atrás.

Voy a revelarte una fórmula infalible para crear un plan de acción eficaz:

El primer paso de todos, es poner por escrito ese plan. ¿Qué es exactamente lo que deseas? ¿Cuál es el principal objetivo del libro? ¿Generar ingresos? ¿Crecer como ser humano? ¿Ser famoso? ¿Todas a la vez? Quiero que comprendas algo: una vez te lo planteas, una vez te lo propones, es seguro que podrás lograrlo, pero necesitas ser realista y honesto contigo mismo en tus tiempos y en tus posibilidades.

Salvo que lleves mucho tiempo escribiendo, probablemente no sea buena idea pensar en una novela de 400 páginas. Tal vez sea más realista planear algo menos extenso que puedas poner en marcha en un período más corto de tiempo. Ahora bien, si en tu mente está esa novela, no tienes porqué descartarla, divide esa gran meta en varios objetivos más alcanzables a corto plazo y pon manos a la obra. O simplemente comienza con un objetivo más cercano.

Lo siguiente en tu plan de acción es responderte a ti mismo algunas preguntas. Por ejemplo, cuánto tiempo al día dedicarás a la tarea, cómo y dónde desarrollarás la actividad, que herramientas necesitas y qué es exactamente lo que debes hacer para lograrlo. Evita responder «lo haré en mi tiempo libre».

Establece un horario de trabajo y plantéate objetivos diarios, semanales y mensuales. Sé específico al declarar tus objetivos. Crea una lista con los días de la semana y escribe lo que harás en cada uno de ellos. Para el sábado, plantea tu meta semanal. El domingo podrás dedicarlo a descansar y despejar un poco la mente, además de festejar los logros conseguidos en las jornadas anteriores.

Debe existir un compromiso real con el plan de acción. Durante su desarrollo podrán surgir inconvenientes, debes sortearlos e intentar seguir tu calendario. Observa la evolución del plan en su faceta positiva. Recuerda que los fracasos son escalones inevitables en la escalera del éxito.

Escribe en tu cuaderno todas las razones por las que tu serás capaz de llegar a cumplir tus objetivos. Conoce tus virtudes y tus carencias, Tanto tus fortalezas como tus debilidades deben estar presentes en tu plan de acción de manera de utilizar las primeras para imponerte sobre las segundas.

Crea un sistema de recompensas. Prémiate luego de cada logro. Un plan de incentivos puede ser salir a cenar, a bailar, darte un gusto, comprar algo que desees hace tiempo. Escríbelo y llegado el momento entrégate el premio.

Si sobrevienen dificultades, no te rindas. El plan de acción está escrito y deberá llevarse a cabo. Si tienes un bajón, reconoce la situación, tómate un respiro y continúa adelante. No se trata de una carrera de velocidad, es tu vida y la meta es tu propio futuro. Nada se logra de la noche a la mañana y es precisamente la razón por la cual creamos un plan de acción.

Te sorprenderá tu propia evolución cuando estés inmerso en tu plan. Una vez adentro, nada te detendrá. Dijo Franz Kafka: «A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar.»

No te rindas.

Y recuerda: el primer paso es la mitad del camino.

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