Imagina esto: eres un escritor con talento, con esas ideas brillantes que bailan en tu cabeza, pero cuando te asomas al impresionante mundo digital, sientes que estás perdido en un océano de voces.
La realidad es que no basta con escribir bien; si no te conocen, si no te encuentran, es como si no existieras. Aquí es donde entra en juego la creación de una marca personal sólida. Sí, lo leíste bien. Necesitas convertirte en una marca, en algo que la gente pueda identificar, seguir y, sobre todo, recordar.
¿Qué es una marca personal? Es esa chispa que te distingue de los demás, es lo que hace que tus lectores te busquen y se queden contigo. No importa si has publicado un libro o mil, si no tienes una marca personal definida, estarás nadando contra corriente.
¿Cómo empiezo?
Primero, aclaremos algo: una marca personal no es una fachada falsa que te pones para vender más. Es lo que eres, llevado al máximo, pulido y presentado de la manera más auténtica posible. No es un disfraz, es tu esencia amplificada. ¿Qué te hace diferente? ¿Qué ofreces que nadie más ofrece? No es suficiente con ser “escritor”; tienes que ser el escritor al que la gente acude cuando busca lo que tú ofreces.
Ahora, vamos al grano con los pasos.
1. Crea tu hogar en línea
Imagina tu página web como tu casa en la red. Es el lugar donde tus lectores te visitan, se sientan en tu sofá digital y se ponen cómodos con una taza de café mientras leen lo que tienes para ofrecer. Si aún no tienes un sitio web propio, estás perdiendo una oportunidad de oro.
Y no, no estoy hablando de cualquier página web cutre que puedas hacer en cinco minutos. Estoy hablando de un sitio profesional, que refleje exactamente quién eres y lo que haces. Un lugar donde puedas mostrar tu trabajo, tus ideas, y donde la gente pueda ponerse en contacto contigo. Dale un toque personal, algo que grite “¡Esto soy yo!”.
2. El blog, tu altavoz personal
El blog es como ese altavoz que te ayuda a gritarle al mundo lo que piensas. Escribir un blog no solo es una forma de mostrar tu habilidad como escritor, sino que también te posiciona como un experto en tu área. No necesitas escribir tratados filosóficos; a veces, los artículos más simples y honestos son los que conectan mejor con la audiencia.
Y no me vengas con excusas del tipo “es que no sé de qué escribir”. Tienes una vida, experiencias, opiniones, ¿no? Pues ahí tienes material de sobra. La clave está en ser constante y mantener la autenticidad. Si eres tú mismo en tu blog, la gente lo notará y querrá seguirte.
Por cierto, si estás interesada o interesado en crear tu blog de autor, no me queda más remedio que decirte que escribí un libro al respecto, está publicado en Amazon y lo encuentras pulsando la imagen de más arriba.
Se tenía que decir y se dijo. Ahora continuemos, que íbamos bien hasta que decidí hacerme un poco de publicidad.
3. Redes sociales: más que selfies y boca de pato
Ah, las redes sociales… ¡qué hermoso! Ese lugar donde todos somos estrellas en nuestras propias películas. Pero, ¿adivina qué? No se trata solo de subir fotos de tu gatito (aunque los gatos siempre ayudan). Las redes sociales son herramientas poderosas para construir tu marca personal. Twitter, Facebook, Instagram, LinkedIn, TikTok, elige las que más te gusten, pero úsalas con cabeza. O sea… ya me entiendes.
Y aparte de meterle cabeza al asunto (aflójale a las fotos del gato y a la boca de pato), no te limites a compartir tus publicaciones de vez en cuando. Interactúa con tu audiencia, responde a sus comentarios, comparte contenido valioso y muestra un poco de tu vida diaria, eso que te hace humano ¡pero sin exagerar!
Si logras que la gente se interese por ti por esas cosas que te diferencian del resto y por lo que tienes para decir, estarás construyendo una comunidad, no solo una lista de seguidores. Es simple, no seas uno más del rebaño.
4. El poder del SEO: que Google te ame
Aquí es donde muchos escritores se pierden en el bosque digital. El SEO (Optimización para Motores de Búsqueda, por sus siglas en inglés) es esencial si quieres que tu nombre aparezca cuando alguien busca algo relacionado con lo que haces. Y no, no necesitas ser un genio técnico para entenderlo.
Yo dediqué meses, para ingerir todos y cada uno de los cientos de videos que ha publicado hasta el día de hoy uno de mis heroes particulares de internet: Romuald Fons.
Te lo aconsejo, lo encuentras en YouTube. En realidad te lo encuentras hasta en la sopa, por algo es el mejor SEO del mundo y parte del extranjero 😉
Empieza por investigar qué palabras clave son relevantes para tu nicho. Usa esas palabras en tu blog, en tu web, en los títulos, en las descripciones. También es útil escribir sobre temas que la gente busca, pero que no tienen mucha competencia.
Y por favor, no olvides lo básico: una web rápida, móvil y bien estructurada es clave para que Google te tome en serio. No subestimes el poder de un buen SEO, porque a veces es la diferencia entre ser encontrado o seguir perdido en el ciberespacio.
Y sobre todo, hazle caso a Romu y no te equivocarás.
5. El networking: no seas un lobo solitario
Está bien, todos amamos la imagen del escritor solitario, sentado en un café, creando mundos en su libreta. Es tan romántico. Pero la verdad es que el networking, o lo que es lo mismo, crear y mantener relaciones, es f-u-n-d-a-m-e-n-t-a-l.
Asiste a eventos, participa en foros, únete a grupos de escritores en Facebook o LinkedIn. Y no te limites a hablar solo de ti. Ayuda a otros, comparte conocimientos, recomienda libros que te gustaron, muestra interés genuino en lo que los demás hacen. Así, cuando llegue el momento, no solo tendrás lectores, sino también una red de apoyo de la que podrás echar mano.
6. La autenticidad como tu arma secreta
En un mundo lleno de impostores y de máscaras, ser auténtico es tu mayor ventaja competitiva. La gente no busca perfección, busca conexión. Así que limítate a ser tú y cada vez más tú. No tengas miedo de mostrar tus errores, tus fracasos, tus luchas. Eso es lo que te hace humano, y es lo que hace que la gente se identifique contigo.
Al final del día, tu marca personal es lo que hará que tus lectores vuelvan una y otra vez. Es lo que te separará del resto y hará que tu nombre resuene en la mente de tu audiencia. Así que, deja de pensarlo tanto y comienza a construirla. Porque en este mundo digital, ser invisible es lo mismo que no existir.
P.D.: No esperes a ser descubierto. Haz que te encuentren. ¡El mundo está esperando lo que tienes que ofrecer! Y yo también.
